lunes, 23 de marzo de 2009

Las contracciones uterinas en el embarazo y parto



Las contracciones uterinas durante el embarazo.

¿Qué son las contracciones del útero?
Ya dijimos que el útero es un órgano formado por fibras musculares, que se relajan y contraen como en otros músculos del cuerpo. Fuera del embarazo pesa sesenta gramos y durante el transcurso del mismo aumenta su tamaño hasta llegar a tener alrededor de un kilo doscientos gramos. Esto sucede porque las fibrillas musculares aumentan su tamaño y se forman muchas nuevas.
Pueden imaginar que aparecen millones de células más que permiten ese agrandamiento. Desde el comienzo del embarazo el útero se contrae, aunque esas contracciones nos se perciben hasta bastante más adelante. Este trabajo contráctil que realiza, es lo que llamamos contracciones, se sienten como un endurecimiento indoloro de la panza que al principio del embarazo dura entre veinte y treinta segundos cada vez. Aparecen separadas por largos intervalos y van aumentando en forma progresiva durante los nueve meses.

Hay dos tipos de contracciones durante el embarazo las de

Braçxton Hicks que son las más importantes y otras pequeñas

llamadas de Alvarez.

Entonces, existen las contracciones del embarazo y las contracciones del trabajo de parto, tienen características diferentes que se van a ir explicando.

¿Se reconocen fácilmente las contracciones durante el embarazo?

En los primeros meses se reconocen poco, el cuerpo está en una situación diferente a la habitual por lo que hay que aprender a interpretar el nuevo código conque nos habla. Por eso las mujeres que ya han tenido hijos se dan cuenta más fácilmente cuando es una contracción lo que sienten. En general las contracciones se relacionan con dolor, pero como dijimos antes, en el embarazo, sólo se trata de una contracción de la musculatura uterina, indolora, que se percibe como un endurecimiento en la panza. A partir del sexto o séptimo mes las contracciones del útero se pueden diferenciar de algunas posturas del bebé que también producen sensaciones de endurecimiento, con un método sencillo: se presiona suavemente la zona del ombligo con tres dedos de una mano y con la otra mano se hace los mismo en otro lugar de la panza, si los dos lugares están tensos, casi tan duros como un leño, es prácticamente seguro que se trata de una contracción uterina.

¿Qué función tienen las contracciones durante el embarazo?

Facilitan la circulación de la sangre por la placenta y todo el músculo uterino, y como es un ejercicio lo mantienen en forma y con una buena capacidad de actuar cuando llegue el parto, hacia el final del embarazo ayudan a borrar el cuello del útero y a que se ubique el bebé en el canal del parto.

¿Pueden ser dolorosas estas contracciones?

Durante el embarazo algunas veces las contracciones pueden resultar molestas, pero no deben producir dolor; si lo produjeran conviene consultar con el médico. El dolor que debe llamar la atención, se siente en el bajo vientre o en la zona sacra al mismo tiempo que se percibe el endurecimiento de la panza y desaparece con éste. Otros dolores que se suelen sentir en el vientre, si no coinciden con la contracción del útero, tienen otras causas, como puede ser una inflamación intestinal, o estiramientos por el crecimiento del bebé, etc.. En algún caso aislado, puede darse durante el embarazo una contracción dolorosa con las características antes descripta, pero esto es excepcional. Si sólo se da una así, aislada, no es necesario consultar, si fueran varias es mejor hacerlo inmediatamente. Además, si aparecen contracciones muy seguidas aunque no sean dolorosas hay que descansar un rato si no se pasan se aconseja consultar al médico.

LOS ÚLTIMOS DÍAS ANTES DEL PARTO...
Es necesario aclarar que cuando describimos un pre-parto o un trabajo de parto, lo haremos para ayudar de ese modo a formar algunas imágenes de ese proceso que servirán de guía en el momento en que se viva el propio. Es necesario tener en cuenta que hay tantos partos diferentes como mujeres que tengan hijos, y esto es así, pues nunca se ha visto un proceso de parto exactamente igual a otro.
Consideramos, entonces que la descripción será un esquema, queremos decir con esto que, trataremos de dar una visión general que permita comprender en principio, el devenir de un parto en sus diferentes momentos y etapas. Pero teniendo en cuenta que son muchas las combinaciones y formas posibles en que este puede acontecer. Se puede imaginar un parto a partir de esa descripción, se puede construir una imagen de cómo se dan las contracciones, de sus ritmos, de sus intensidades, de cómo se sienten etc., pero sin perder de vista que la descripción que se hace es solo una aproximación al desarrollo del parto propio y que por lo tanto, sólo se debe la tomar como una guía que permitirá comprender las diferentes situaciones y momentos para poder así tomar las decisiones que correspondan.
De ese modo podrán conservar una actitud de espera abierta al parto que aparezca, dispuesta/os a realizar ese camino sin atarse a modelos descriptos.

¿Cómo son las contracciones en los últimos días antes del parto?

Durante el embarazo, aunque no se lo percibe claramente, las contracciones tienen la característica de comenzar en el cuello del útero, quiere decir que primero se contrae la parte baja y luego sigue la contracción hacia arriba hasta abarcar todo el útero. Si lo imaginamos, veremos que el cuello al contraerse primero actúa como una especie de cierre para que las contracciones no lo dilaten durante el embarazo, es una maravilla más de la naturaleza. Sigue así durante todo el embarazo hasta que al final se produce un cambio muy importante.
En los últimos días antes del parto las contracciones ya no empiezan en el cuello sino en la parte alta del útero y desde ahí se propagan hacia abajo. Al llegar al cuello, comienzan a traccionarlo hacia arriba determinando que éste empiece a hacer su borramiento.
Si imaginan el cuello blando, en vez de tenso y duro, cuando la contracción que comenzó arriba y viene bajando llega hasta ahí, le ayuda a borrarse a acortarse, este es un signo de maduración, probablemente si se hace un tacto el médico dirá que el cuello empezó a madurar.
También aumenta la frecuencia y la intensidad de las contracciones en los días previos al parto, de modo que habrá más cantidad de contracciones por día y se sentirán cada vez con mayor fuerza o intensidad, la panza se percibirá más dura por más tiempo, por estas razones cuando venga la contracción es posible que se sientan tironeamientos, pinchazos o pequeños calambres en el bajo vientre, y se acentúe la presión que el bebé hace sobre los huesos de la madre, pues él es presionado por esas contracciones para que se encaje en el canal de parto.

¿Qué quiere decir que madura el cuello del útero?

Como sabemos el cuello que es la parte del útero que se dilatará por efecto de las contracciones del parto, las que han tomado la característica de empezar arriba y luego seguir hacia abajo, el cuello se constituirá en algo así como una puerta que se abre, para que el bebé pase de ahí a la vagina y después de recorrer ese trayecto salga al exterior. Entonces, para poder dilatarse unos días antes comienza a “madurar”, esto quiere decir que ayudado por las contracciones y las hormonas se acorta y ablanda poniéndose así en condiciones de ser dilatado, ya no opondrá resistencia a la apertura.

¿Cómo se comprueba que el cuello está madurando?

Se comprueba por un tacto vaginal, que puede hacerse días antes de la fecha de parto. Por medio del tacto se puede tocar el cuello y saber que modificaciones se han producido, es decir, si está madurando, algunas veces además de encontrarlo más corto y más blando se lo puede encontrar con algún centímetro de dilatación, si bien es una buena noticia, es bueno tener en cuenta que no significa necesariamente que de inmediato comenzará el parto, puesto que se puede dar esta situación varios días antes de la fecha en que se produzca el nacimiento.

¿Cuál puede ser la situación emocional en esta etapa?

Se sabe y se siente que se acerca el parto y esto determina una importante movilización en la pareja, algunas veces más acentuada o por lo menos más evidente en la mujer. Hablamos de una hipersensibilidad ante todas las cosas, que muestra la fuerte movilización personal que provoca esta situación y que más de una vez hace que, especialmente la mujer se encuentre llorando sin poder definir claramente porqué. Se trata de una etapa importante que termina y otra que comienza con el nacimiento. Entre ellas y para unirlas será necesario el parto de ese hijo que se espera.
Esto y las expectativas que cada cosa genera hace que el humor esté muy variable y tanto el hombre como la mujer se sientan en un momento serenos y felices y en otros terriblemente ansiosos. El pensar en el parto ocupa mucha energía y a veces genera mucha inquietud, más allá de la serenidad que habitualmente se pueda tener o de la preparación que se haya hecho o esté haciendo.
También el cambio que traerá el hijo nacido suele inquietar porque a veces uno ni se puede imaginar como se resolverán todas las cosas una vez que nazca, aunque llegado el momento el amor y la responsabilidad generen las energías necesarias para vivir esa experiencia. Es así, hechos de la vida como este generan emociones muy fuertes que a veces nos hacen sentir un poco extraños con nosotros mismos.
Se hace necesario, entonces, tener momentos de recogimiento y concentración solos o en pareja para armonizarse con lo que se está viviendo. Las charlas muy íntimas entre la pareja o con otros, en donde se puedan aceptar los aconteceres de cada uno, donde se puedan descargar los temores y hablar de las ilusiones, seguramente colaborarán para pasar mejor esos días y llegar más tranquilos al parto.

Es esta una buena etapa para despedirse del bebé en la panza con toda la emoción que esto suscite.
También puede ayudar a estar más tranquilos, el practicar los ejercicios de preparación para el parto. Darse masajes mutuamente teniendo en cuenta que aunque de diferente manera los dos necesitan prepararse y hacer cosas para sentirse mejor.

ASI LLEGAMOS AL PRE-PARTO...
¿Qué es el pre-parto, a qué se le llama así?

Uno o dos días antes del parto se puede dar una etapa de contracciones más o menos molestas o dolorosas, cada diez, cada quince minutos, por momentos regulares, por momentos no. Pueden detenerse unas horas y luego volver a empezar, o durar con ese ritmo todo una noche o todo un día.
Generalmente la mujer va a que la revisen y casi siempre recibirá esta respuesta: todavía no comenzó el trabajo de parto, esto es un pre-parto. A veces cuesta aceptar esto, porque lo que se espera es que una vez que comiencen las contracciones dolorosas se defina pronto la situación, se den las contracciones cada cinco minutos, que son las que indicarían que posiblemente esté la dilatación en marcha y el parto progrese pronto.
Pero en muchos casos se da un pre-parto de las características que antes describimos, antes de que comience el trabajo de parto propiamente dicho, por eso es bueno saber que esta puede ser una de las formas en que empiece ese trabajo. Por supuesto que hay que tener más paciencia, aceptar los ritmos que se están dando y hacer muchísima relajación para serenarse y ayudar a que el proceso se de lo mejor posible. En resumen, estas contracciones aunque son dolorosas, y hacen que uno se "ponga de parto", son muy espaciadas y fundamentalmente demasiado cortas como para considerar que ya se está en pleno trabajo de parto.

¿Dónde se pasa el pre-parto?
Habitualmente las parejas se quedan en su casa solos, pero se pueden hacer variaciones que no son tan habituales hoy día, como llamar a familiares o amigos con quien compartir esta espera, jugando a algo, mirando una película o simplemente compartiendo acompañados y con alegría esta espera del nacimiento del niño que vendrá. Quienes han hecho esto por decisión o por casualidad cuentan que lo pasaron muy bien y que se sintieron contenidos por sus amigos.
Recuerdo una pareja que contó haber comenzado su trabajo de parto, en un country, por la noche mientras jugaban a la genérala con un grupo de amigos, casualidad en este caso que les vino muy bien. Siguieron jugando hasta la madrugada, y el detalle era que tenían una hoja donde anotaban los puntos del juego y otra para anotar el ritmo y duración de las contracciones. Siguieron así hasta que ellos decidieron que era oportuno volver a la Capital para ver al médico, el bebé nació unas cuantas horas después. Cuando ellos relataron su parto ponían mucho énfasis en lo bueno que había sido el compartir ese tiempo del trabajo de parto con sus amigos. Si estos episodios de contracciones cada diez minutos empiezan a la noche cuando ya están acostados, se aconseja usar todas las artes de la relajación para tratar de dormir entre una y otra, o por lo menos descansar todo lo que se pueda, para estar bien al otro día.

ACERCÁNDONOS AL PARTO...

¿Cómo se sabe si las contracciones son de pre-parto o de parto?
Las contracciones tienen tres características, que vamos a usar para evaluarlas, son: la frecuencia, la duración y la intensidad. La frecuencia es cada cuanto tiempo aparece una, la duración cuanto tiempo dura cada una y la intensidad cuan fuerte es la contracción del músculo uterino. Las dos primeras son relativamente fáciles de medir. La frecuencia se mide a partir del comienzo de cada contracción hasta que comienza la próxima, la duración contando los segundos que se siente dura la panza en cada una. La intensidad es más difícil de medir porque no es tan cuantificable el cuan dura esta la panza, si no es por una mano experta. Generalmente las parturientas miden la intensidad por el dolor que les provoca, tomando como referente a otras mujeres que les han contado o al curso de preparación en que se habla de contracciones cada vez más intensas y cada vez más dolorosas. Sin embargo también hay partos en que los dolores son suaves durante todo el tiempo o aparecen muy al final de la dilatación y esto puede confundir un poco. Por esto es que generalmente se evalúan las contracciones tomando las dos primeras características que son la frecuencia y la duración.
En los libros de medicina se dice que un trabajo de parto ha comenzado cuando aparecen más de dos contracciones cada diez minutos y después de dos tactos sucesivos se comprueba que progresa la dilatación.
En la práctica se considera que a partir de tener contracciones cada cinco minutos, durante una hora y media y que duren por lo menos cuarenta y cinco segundos, o dieciocho contracciones en el mismo lapso, aunque sean irregulares, es un buen momento para consultar con el Equipo Medico o ir al Sanatorio en el caso que así sea lo convenido.

¿Puede ser que ya haya dilatación en ese momento ?

Como muchas veces se han tenido varias horas de contracciones rítmicas y bastante intensas hasta ese momento, se espera que al ser revisadas por la partera o el médico se encuentre algo de dilatación en el cuello del útero. Sin embargo, suele suceder que después del tacto les informan que sólo hay un centímetro de dilatación o que recién el cuello está terminando su borramiento. Esto desilusiona bastante si no se recuerda que el cuello antes de dilatarse, fundamentalmente en las primerizas, hace su borramiento, que puede llevar varias horas.
Volvemos a recordar que el cuello mide cerca de 4 centímetros de largo, y que en los últimos días antes del parto y en la primera parte de las contracciones del parto se va estirando hacia arriba hasta quedar totalmente borrado y recién después comienza a dilatarse. Por lo tanto cuando las revisen y no encuentren dilatación recuerden esto para no sentir que el trabajo hasta ese momento fue inútil. A partir del segundo parto el proceso de borramiento y dilatación van más juntos, esto quiere decir que mientras el cuello se va borrando también se dilata.

¿Son dolorosas las contracciones de borramiento y dilatación?

Nos encontramos con muchas variantes, pero podríamos decir que, generalmente, en la medida en que las contracciones se hacen más intensas se sienten más dolorosas. Esto sucede porque en cada contracción, el cuello es traccionado para que se dilate y a la vez el bebé presiona con su cabecita sobre las paredes del canal del parto mientras desciende por él. Tanto una cosa como la otra, no son siempre igualmente intensas por las diferentes formas en que se dan los mecanismos del parto en cada mujer. También tenemos que tener en cuenta el mundo emocional de ese momento, que es parte del proceso del parir y en el cual uno puede sentir lo doloroso que puede ser la separación del hijo del cuerpo. Se dé por una o por muchas razones, llegado el momento cada mujer hará su experiencia ayudada por quienes la rodean.
Hay que tener en cuenta, que hoy día si el dolor es tan fuerte que sobrepasa la capacidad de aliviarse con los métodos que se proponen en los cursos de preparación, se dispone de la anestesia peridural, que alivia, y del modo que se administra actualmente no quita toda la sensibilidad de la zona.
Saber esto último puede ayudar a estar más tranquilas, si lo que más asusta del parto es el dolor, pero no debe influir en la disciplina de la preparación. Esa practica diaria de los ejercicios propuestos en los cursos de preparación ayudan a que en aquel momento uno pueda conectarse con el trabajo para el parto con instrumentos bien conocidos que ayudan a transitar mas fácilmente esa etapa, que todos sabemos que es existencialmente muy intensa. Además el concentrarse diariamente haciendo los ejercicios ayuda a la madre a ir elaborando poco a poco la idea de que su hijo pasará del interior de su cuerpo a sus brazos.
Reconocemos que en el parto, cuerpo y alma se aúnan en el esfuerzo de producir el nacimiento, están involucrados nuestros sentimientos, el compromiso es total aunque a veces se hable del dolor sentido en el cuerpo como producido solamente por presiones, estiramientos musculares, nervios que son comprimidos, etc..

¿Hay momentos de crisis durante el trabajo de parto ?

Las mujeres temen a su descontrol emocional en el parto y a que esto influya negativamente en la evolución del mismo. Temen, también, que si esto ocurre no puedan hacer lo necesario para ayudar al nacimiento de su hijo. Desde ese temor pareciera que por efecto del dolor o de alguna otra cosa uno pudiera "perder la cabeza" y desconectarse de lo que está sucediendo en su parto. Hay muchos relatos en referencia a esto, y desgraciadamente quizá queden muchos lugares donde todavía las mujeres no sean bien tratadas y contenidas en el momento de su parto y esto es probable que provoque estados de descontrol, porque además en esos lugares no se deja entrar al marido a acompañarla en su trabajo de parto.
Podríamos decir que una mujer preparada y bien contenida por su marido y fundamentalmente por el Equipo de Profesionales, aunque tenga algún momento de crisis, o de mayor ansiedad podrá con la ayuda de ellos, superarlos sin mayores dificultades.
Será bueno que se prepare para poder afrontar esos momentos, principalmente sabiendo que existen, que son habituales y que un momento de crisis no quiere decir que se descontrolará totalmente perdiendo su capacidad de estar organizada emocional y mentalmente.
En el parto la mujer debe estar rodeada de personas que colaboraren con ella en todo lo necesario, incluyendo el calmarla en los momentos de mayor ansiedad. Entonces la visión del parto, desde este punto de vista, cambia, porque no se trata de que la mujer no manifieste los estados de ánimo de ansiedad, irritabilidad, etc. que puedan presentarse. No se trata de que reprima los sentimientos como si fueran un peligro, sino que sepa que está rodeada de personas, incluyendo a su marido que si esto se da pueden ayudarle a calmarse y seguir trabajando para el nacimiento.
De ahí la importancia de lo que se llama contención emocional brindada por los Equipos médicos que atienden los partos. Hoy como en todos los tiempos hay y hubieron al lado de la parturienta quienes la ayuden a enfrentar las diferentes situaciones y momentos en los que sus fuerzas flaquean y desde todos los tiempos las mujeres pueden hacerlo por la alianza que hacen con los demás. Ellos le brindan la energía que le pueda faltar para realizar ese, a veces, supremo de parir.

¿Cuál es el momento de internarse en el sanatorio?

Eso lo determina el médico o la partera después de revisar a la mujer y ver en que situación se encuentra. Puede haber variantes de acuerdo al caso o al estilo de atención que tenga el Equipo Médico de cada pareja. Pero se podría decir que si tomamos como parámetro la dilatación del cuello del útero, se suele internar a la mujer cuando está con tres o cuatro centímetros de dilatación. Si se ha producido la rotura de la bolsa de las aguas se interna aunque no haya todavía contracciones y dilatación. Actualmente se trata de que la mujer no esté muchas horas internada antes del parto, salvo que haya alguna indicación médica.
Hay que tener en cuenta que la internación plantea un cambio de hábitat, de la casa propia al sanatorio. Si bien uno se tranquiliza porque esta a partir de ese momento acompañado por los profesionales, también se plantea la necesidad de adaptarse a ese lugar donde se pasará el tiempo que falte hasta que nazca el hijo.
Ya estará el trabajo de parto bastante avanzado. En ese momento la mujer necesitará que se la atienda mucho y que su marido la ayude a recordar los ejercicios respiratorios, la relajación, y probablemente que le haga masajitos durante o entre contracción y contracción. Es probable que ella pueda estar levantada, haciendo algún movimiento o tomando alguna posición que la alivie, siempre y cuando no haya alguna contraindicación del Médico o la Partera que están asistiendo.
Tan importante como soltar el cuerpo durante la contracción es relajarse y descansar entre una y otra, descansar y recuperarse para esperar la próxima. Cuando las contracciones son muy intensas y vienen muy seguidas a veces se puede contarle a la mujer los segundos que van pasando, ej.: van 15', 30' 45' 60', esto le ayuda, a saber cuando es el pico más doloroso y cuando empieza a ceder y aliviarse ese dolor.
A esta altura del trabajo es probable que la dilatación esté avanzada y falte poco para el nacimiento. Aunque la intensidad de las sensaciones lo haga difícil, será importante conectarse con el bebé, que también está de parto, y no perder de vista el objetivo de lo que esta sucediendo.
También puede suceder que aunque las contracciones estén viniendo cada tres minutos, todavía falte tiempo para que el cuello termine su dilatación y el bebé baje lo suficiente por el canal como para ir a sala de partos, otra vez habrá que recordar que no se pueden forzar los procesos y que es necesario acompañar la labor que hace el útero pacientemente.

2 comentarios:

daniela dijo...

hola me llamo daniela y estoy casi en la semana 38 de embarazo.....ayer vi a mi doctora y me dijo que tengo 2 centimetros de dilatacion y que mi cuello esta muy blando pero que le falta que el bebe apolle un poquito....que me quiso decir con eso?????...quisiera saber si ya estoy por dar a luz o todabia tengo que seguir esperando....

Gloria dijo...

Que hermosa y clara explicación me encantó el artículo.