Cuando se tienen hijos pequeños es difícil encontrar momentos para compartir a solas en pareja, un tiempo para ser amantes, amigos y compinches, no solamente una pareja de buenos padres.
Aparece así la necesidad de tomar medidas ingeniosas que preserven un tiempo para la relación exclusiva de pareja. La creación y permanente recreación de espacios donde la intimidad fluya y se mantenga lo suficientemente intensa como para poder compartir los que es esencial para cada pareja.
Sabemos que, principalmente, en los primeros tiempos de la vida de un hijo o en la etapa de hijos peueños no es cosa fácil conseguirlo, sin embargo también sabemos que es bueno no perder de vista que es un momento en que cuidar la relación de pareja es algo que enriquecerá la vida presente y futura no sólo de los componentes de esta, sino también la de los hijos.
Los hijos, las tareas del hogar y las tareas fuera del hogar pueden producir un cansancio que impida concretar el deseo de estar una rato a solas con el compañero cuando a terminado el día de “responsabilidades” de cada uno.
La noche puede aparecer como la posibilidad de un merecido descanso y el cuerpo y el alma no dan para un encuentro amoroso de conversación o sexual que demandaría conectarse “con más movimiento de energía”.
Esto suele suceder a ambos miembros de la pareja pero muy especialmente a las mujeres cuando amamantan y cuando hay más de un hijo, porque el producir leche más el acto concreto de amamantar, o que haya más de un niño que se despierta de noche determinan que por un tiempo largo no se disponga de seis u ocho horas seguidas de sueño y a veces ni siquiera cortadas, en estas condiciones no se cuenta con la energía necesaria para conectarse, a la noche, con la posibilidad de “hacer el amor”, charlar un rato o salir si se tiene con quien dejar al hijo.
Teniendo en cuenta esta realidad es que propongo que se tome conciencia que es necesario tomar medidas especiales que preserven algún tiempo para la pareja, aunque sea una vez por semana, para que esta siga existiendo como tal y se pueda seguir gozando de esa forma de relación.
Para los primerizos el aprender a ser padres juntos es un gran esfuerzo, el cambio es muy grande y todo lo que funcionaba bien en la pareja se ve conmovido por la llegada del hijo. Esa conmoción influye en el fluir de la relación, en la posibilidad de un encuentro amoroso y hasta en las mínimas cosas del funcionamiento hogareño.
Es mucho lo que hay que organizar de nuevo, por momentos parece casi imposible hacerlo, sin embargo se puede, dedicando la energía necesaria, y reconociendo que forma parte del crecimiento amoroso en esta etapa de la vida.
Es importante cuidar especialmente el amor que existía, con todas sus formas y además integrar el amor por el hijo, amar los dos a ese hijo y compartir también ese amor, sin descuidar la relación de pareja.
Es tanta la responsabilidad y el cansancio en algunos momentos, que parece que han desaparecido las ganas de estar con el otro o de hacer el amor. La rutina a veces impide conectarse con los deseos propios, reconocerlos y hacer lo necesario para concretarlos. Por suerte, después de un tiempo esto pasa.
Sería bueno recordar que el amor de pareja necesita cuidado y alimento para mantenerse exquisito y gozarse. Me gusta compararlo con un jardín en que las plantas y flores existen y se gozan si nos ocupamos de cuidarlo como necesita, renovándolo y sacando las malezas que siempre aparecen, además de regarlo casi diariamente.
PENSEMOS COMO CONCRETAR...
Es necesario pensar estrategias que organicen posibilidades y tácticas que permitan concreciones.
Al principio conseguir que alguien cuide el bebé aunque más no sea una hora e irse a pasear ese rato, esto también vale para cuando las mujeres durante el día están solas. Si el bebé duerme a determinados bares o restoranes se puede llevarlo.
Con niños más grandes acostumbrarlos a que se duerman o vayan a estar en su habitación a partir de una determinada hora, por supuesto después que se ha compartido con ellos momentos familiares agradables y la cena. Esto permite que la pareja disponga de algún tiempo para conversar, leer, hacer algo que a cada uno le agrade o hacer el amor, son las cosas que no se pueden hacer rodeado de niños y que son muy necesarias.
Lo niños pueden aprender de muy pequeñitos que sus padres necesiten un tiempo para estar solos, solo hay que enseñárselos sin culpa. Recordemos que ellos necesitan bastante tiempo para asimilar y adaptarse a cada cosa y que dependerá de nuestra perseverancia que tengamos éxito. No aprenden tan rápido como quisiéramos y lograr que a una determinada hora de la noche se queden tranquilos o dormidos en su habitación puede requerir de un tiempo relativamente largo.
También es cierto que aprender a darle tiempo a la relación de pareja siendo padres es algo que también lleva esfuerzos, siempre aparecen como apremiantes los pedidos de los hijos y sus demandas de amor son muy fuertes. Además, su pequeñez e indefensión en los primeros tiempos siempre nos hace parecer que lo necesitan “toda nuestra energía” y algo más.
CITAS HECHAS CON BASTANTE ANTICIPACIÓN...
Es buenísimo recuperar la costumbre de hacer citas como cuando eran novios y amantes... para no dejar de serlo.
Hay entre quienes defienden o desean la espontaneidad en el amor, porque les parece una forma más valiosa que la planificada, sin embargo podríamos pensar que cada forma tiene su encanto por diferentes razones y que en la época de hijos pequeños las citas son una gran solución.
Aunque los esposos antes de tener hijos hayan disfrutado de hacer el amor o salir en cualquier momento que se les ocurría, es posible que una vez que los tengan eso sea casi imposible, entonces conviene revalorizar esa otra forma que es planificar y hacer citas amorosas poniéndoles todo tipo de encantos y seducciones. ¿De donde sacar energía?
Pues sin ninguna duda del deseo y de la intensión de no dejar que la pareja se convierta sólo en dos personas “que son buenos padres juntos, y muy poco más”. ¿Cuándo hacerlo o desde cuando? Desde que se pueda, lo importante es no perder la intensión y la iniciativa. ¿Quién lo propone? El que disponga de energía para hacerlo, recuerden que muchas veces no se lo hace por cansancio, entonces el que logre pensar ¡qué lindo sería!, tiene que proponerlo y ayudar a que se concrete. ¡LO IMPORTANTE ES QUE SE CONCRETE!, no quien lo propone, ese es el gran premio para los dos.
Un buen ejercicio consiste en recordar que les pasaba, en otros tiempos, cuando se preparaban para una cita amorosa y pensar que eso también puede ocurrir ahora si se pusiera bastante chispa y seducción. ¿O es que dejaríamos esto sólo en tiempos pasados, para la fantasía o las películas de amor?.
¡LUCHEMOS POR LOS ENCUENTROS AMOROSOS!. ¡QUE BUENA ESCUELA PARA NUESTROS HIJOS!
Una cita de amor hecha a la mañana antes de separarse, o un llamado telefónico seductor para hacerla, enciende la fantasía, nos coloca en seres deseantes y deseados, en seres en ejercicio del amor y da fuerza para prepararnos y preparar las condiciones para poder concretar el proyecto aunque haya impedimentos de orden doméstico.
El imaginar un encuentro, de otro modo que el rutinario, estimula la creatividad en el vínculo amoroso y permite ir disfrutándolo por anticipado.
Ese día los reyes no serán los niños sino los padres que se han regalado una fiestita de amor, planeada del modo más creativo posible.
¿Qué pasa si al llegar la hora convenida el bebe tiene cólicos u otro de los niños aparece con un inconveniente? Siempre y cuando no haya posibilidades de solucionarlo
¡GUARDAR LA INTENSIÓN PAR MAÑANA!
Y MAÑANA CONCRETARLA! ...FELICIDADES.
2 comentarios:
Un placer leerte! No termino de sacarle el jugo a los post! Gracias!!!
Bah, ahora a poner en práctica!
"La noche puede aparecer como la posibilidad de un merecido descanso y el cuerpo y el alma no dan para un encuentro amoroso de conversación o sexual que demandaría conectarse “con más movimiento de energía”."........
Hola:
Ufffff cuanta razón!!!!, hace un rato pensaba en eso , afortunadamente los niños se duermen temprano, pero estoy tan agotada que solo quiero desconectarme de la tierra por un rato.
Realmente pondré en practica varios puntos y conversaré de este post con mi esposo....
Muchas gracias, no te imaginas como me ayudan estos temas y me doy cuenta q no soy la única.
Muchos cariños.
Ania.
Publicar un comentario