martes, 25 de agosto de 2009
RECONOCIENDO LA MATERNIDAD Y LA ENERGÍA FEMENINA
-"Soy una Investigadora Asociada en el campo del Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas."
La primera vez que renové mi licencia de conducir en la oficina de tránsito del condado me pasó lo siguiente:
Cuando la oficial que tomaba los datos, me preguntó cuál era mi ocupación, no supe qué responder. Al percatarse de esto la oficial que tomaba los datos me dijo, "A lo que me refiero, es a sí trabaja usted o es simplemente una ...?" "Claro que tengo un trabajo, le contesté soy una mamá". A lo que la oficial respondió, "No ponemos mamá como opción, vamos a ponerle ama de casa." Fue la respuesta enfática de la oficial.
Cuando se me venció la licencia y la fuí a renovar, la historia fue distinta: La funcionaria era obviamente una mujer de carrera, eficiente, de mucha postura, y tenía un título muy despampanante que decía "Interrogadora Oficial".
-"Cuál es su ocupación?" me preguntó ella. Qué me hizo contestarle lo que sigue? No lo sé. Las palabras simplemente salieron de mi boca.
-"Soy una Investigadora Asociada en el campo del Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas."
La funcionaria se detuvo, el bolígrafo quedó congelado en el aire, y me miró como si no hubiese escuchado bien.
Repetí el título lentamente, haciendo énfasis en las palabras más importantes. Luego, observé asombrada como mi pomposo anuncio era escrito en tinta negra en el cuestionario oficial.
-"Me permite preguntarle", dijo la funcionaria, con un aire de interés, "qué es exactamente lo que hace usted en este campo de investigación?"
Con una voz muy calmada y pausada, me escuché contestarle,-"Tengo un programa continuo de investigación (qué madre no lo tiene) en el laboratorio y en el campo (normalmente me hubiera referido a lo anterior como adentro y afuera). Estoy trabajando para mi maestría (la familia completa) y ya tengo cuatro créditos (todas mis hijas). "Por supuesto que el trabajo es uno de los que mayor demanda tiene en el campo de humanidades (alguna madre está en desacuerdo?) y usualmente trabajo 14 horas diarias (en realidad son más, como 24).
Pero el trabajo tiene muchos más retos que cualquier trabajo sencillo, y las remuneraciones más que solamente económicas, también están ligadas al arrea de la satisfacción personal.
Se podía sentir una creciente nota de respeto en la voz de la funcionaria, mientras completaba el formulario. Una vez terminado el proceso, se levantó de la silla y personalmente me acompañó a la puerta.
Al llegar a casa, emocionada por mi nueva carrera profesional, salieron a recibirme tres de mis asociadas del laboratorio, de 13, 7, y 3 años de edad.
Arriba podía yo escuchar a nuestro nuevo modelo experimental en el programa de desarrollo infantil (de 6 meses de edad), probando un nuevo programa de patrón en vocalización.
Me sentí triunfante! Le había ganado a la burocracia! Había entrado en los registros oficiales como una persona más distinguida e indispensable para la humanidad que sólo "una madre más".
La maternidad...que carrera más gloriosa. Especialmente cuando tiene un título en la puerta.
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Este relato me llegó por email y no figuraba el autor, espero que lo disfruten.
viernes, 14 de agosto de 2009
PORQUÉ ES IMPORTANTE QUE EL HOMBRE AYUDE A SU MUJER EN LA PREPARACIÓN PARA EL PARTO
En nuestra cultura todavía hay gente que piensa que el hombre no tiene nada o muy poco qué hacer en la preparación para el parto y trabajo de parto, esta idea determina que él o ellos se pierdan la posibilidad de poner su afecto y su fuerza de padre y compañero en ese momento.
Cuando digo parto no me refiero al momento del período expulsivo en sala de partos sino a todo el trabajo que comprende la preparación para el parto, el acompañamiento cuando comienzan las primeras contracciones de pre-parto, durante el período de dilatación en casa y en el sanatorio, y por último si el hombre se siente en condiciones, su presencia en sala de partos. Es mucho lo que un hombre puede ayudar aunque no presencie el nacimiento, el parto suele demandar mucho tiempo y trabajo antes de llegar al período expulsivo en sala de partos.
Desde el momento que comienzan las primeras contracciones pueden trabajar juntos y entre los dos ayudar al bebé a nacer. El hombre no sólo puede colaborar con la mujer, también puede durante todo el tiempo puede hablar a su hijo, estimularlo a que haga su camino, porque el bebé oye a su padre desde el sexto mes y reconoce su voz si él le habla, también reconoce su energía a través de la panza si lo acaricia.
Todo esto hace que le tengamos que dar importancia a la preparación, y lo que quiero remarcar es que no sólo es necesario “prepararse intelectualmente” sobre cómo son los partos sino que hay que hacer una práctica disciplinada y conciente todos los días por lo menos los dos últimos meses. Así la mujer estará en las mejores condiciones posibles para trabajar en el parto.
La mujer debe hacer un ensayo diario de algunos ejercicios, es la única manera para que pueda usarlos realmente durante su trabajo de parto. Podríamos compararlo al entrenamiento que hace un deportista, a nadie se le ocurriría pensar que un destacado jugador de tenis podría estar en condiciones de enfrentar un partido de alto rendimiento si no se preparara disciplinada y concientemente.
Muchos partos pueden implicar un esfuerzo quizá mayor que la prueba atlética más fuerte que podamos pensar, sin embargo se hace difícil concientizar que un ensayo y concentración ayudaría a enfrentarlo en mejores condiciones. No alcanza la preparación que alguien enseña y que se escucha y practica una vez, sino la que se hace diariamente por lo menos los dos últimos meses.
¿Y porqué prepararse en pareja?, porque el afecto del hombre en el momento del ensayo diario ayuda a la mujer a enfrentarse con los temores que aparecen al realizar la práctica, porque al hacerlo se pone en contacto con el futuro parto intensamente. Y porque al igual que un entrenador puede ayudar, acompañar y hacerse co-responsable del entrenamiento.
La experiencia muestra que a las mujeres les cuesta mucho prepararse solas, porque cuando intentan hacerlo las asaltan los temores al parto, imágenes difíciles, inseguridades y al no tener con quien compartirlas abandonan el intento. Es necesario ayudarlas. Entre dos es más fácil, la intención y voluntad conjunta pueden dar la posibilidad de hacerlo, aunque también pueden aparecer fuertes movilizaciones emocionales. Si el hombre se hace co-responsable la mujer hará su entrenamiento aunque aparezca algún temor.
Tenemos que tener presente que el parto no es algo “sólo de la mujer”, es un acto sagrado en el que nace un nuevo ser y en el que estamos implicados todos los que algo tenemos que ver con él y muy especialmente el padre de ese bebé. Los profesionales podemos unirnos a la pareja y poner nuestra mejor energía y será eso una maravillosa colaboración, pero el centro, en el capullo central estarán la mujer y el hombre haciendo el esfuerzo de parir ese hijo. Por eso es tan importante que el hombre colabore con su mujer y si el no puede hacerlo y ella no puede hacerlo que decida pedir a otra persona que la ayude.
COMO HACER LOS EJERCICIOS DE PREPARACIÓN PARA EL PARTO EN PAREJA
Para hacer los ejercicios respiratorios es importante ubicarse en un lugar que estén los dos muy cómodos. Recordar que la preparación no es sólo física, es también mental, emocional y espiritual.
1- Unirse corporalmente de algún modo, abrazarse, tomarse de las manos, o de la manera que les venga mejor en ese momento y una vez que se logra esto recordar que aproximadamente dentro de tantos días... se producirá el parto-nacimiento, hacer unos minutos de concentración mental y de unión energética entre los dos. Aflojar el cuerpo, serenar la mente y dejar que se irradie amor a través de los cuerpos, recuerden que además de esperar un hijo son un hombre y una mujer que se aman. Cuando se sientan preparados sigan así:
2- El hombre dirige a su mujer de la siguiente forma: imagina que está por comenzar una contracción, repasemos lo que aprendiste: concentrada en el presente.... con confianza... aflojando el cuerpo.... serenando la mente... buscando imágenes de abrir el camino para el bebé... tomando energía... entras en un estado de conciencia extraordinaria... nos imaginamos los dos en un capullo de energía que nos contiene, que nos da fuerzas y protege.
Imaginá que tu panza comienza a contraerse poco a poco y que seguramente vas ha sentir algunos tironeos en el cuello del útero... también puede que sientas que el bebé empuja... o algo parecido... tal vez sientas dolor, una emoción muy fuerte... tal vez mucho temor... tratá de concentrarte mentalmente y empezá a dirigir tu respiración... al principio es tranquila y profunda... recordá que tenés que dejar el pecho bien flojo para que pueda entrar el aire, cuando exhales imaginá que sale el dolor hacia afuera... cuando inspires conectate con la energía que hay en el aire y tomala para tener fuerzas... podés decir tomo energía al inspirar y relajo al exhalar... imaginá que nuestro bebé también está trabajando, démosle el mensaje que le estamos ayudando... ya van 15 segundos... ahora la contracción va ser más fuerte... concéntrate más y no te asustes, ayúdate con la respiración... intenta que el dolor salga con el aire... podés acelerar un poco el ritmo si te hace bien... cuando repires imaginá que la energía llega hasta el lugar del dolor para que se abra y alivie... imagina que el cuello del útero es una puerta que se abre... van 30 segundos... dentro de poco esta contracción termina... respiremos juntos... (hasta los 45 segundos), van 45 segundos... pasá a una respiración mas lenta, oxigenate bien que le llega al bebé... ya falta poco..(avisar cuando) van 60 segundos...ya pasa. Ahora dos respiraciones profundas y descansá. Descansan los dos.
3- Este ejercicio se puede hacer con la mujer en una posición en que el hombre pueda hacerle masajes sobre la zona del sacro. Practicarlo por lo menos una vez por día de este modo.
Cuando digo parto no me refiero al momento del período expulsivo en sala de partos sino a todo el trabajo que comprende la preparación para el parto, el acompañamiento cuando comienzan las primeras contracciones de pre-parto, durante el período de dilatación en casa y en el sanatorio, y por último si el hombre se siente en condiciones, su presencia en sala de partos. Es mucho lo que un hombre puede ayudar aunque no presencie el nacimiento, el parto suele demandar mucho tiempo y trabajo antes de llegar al período expulsivo en sala de partos.
Desde el momento que comienzan las primeras contracciones pueden trabajar juntos y entre los dos ayudar al bebé a nacer. El hombre no sólo puede colaborar con la mujer, también puede durante todo el tiempo puede hablar a su hijo, estimularlo a que haga su camino, porque el bebé oye a su padre desde el sexto mes y reconoce su voz si él le habla, también reconoce su energía a través de la panza si lo acaricia.
Todo esto hace que le tengamos que dar importancia a la preparación, y lo que quiero remarcar es que no sólo es necesario “prepararse intelectualmente” sobre cómo son los partos sino que hay que hacer una práctica disciplinada y conciente todos los días por lo menos los dos últimos meses. Así la mujer estará en las mejores condiciones posibles para trabajar en el parto.
La mujer debe hacer un ensayo diario de algunos ejercicios, es la única manera para que pueda usarlos realmente durante su trabajo de parto. Podríamos compararlo al entrenamiento que hace un deportista, a nadie se le ocurriría pensar que un destacado jugador de tenis podría estar en condiciones de enfrentar un partido de alto rendimiento si no se preparara disciplinada y concientemente.
Muchos partos pueden implicar un esfuerzo quizá mayor que la prueba atlética más fuerte que podamos pensar, sin embargo se hace difícil concientizar que un ensayo y concentración ayudaría a enfrentarlo en mejores condiciones. No alcanza la preparación que alguien enseña y que se escucha y practica una vez, sino la que se hace diariamente por lo menos los dos últimos meses.
¿Y porqué prepararse en pareja?, porque el afecto del hombre en el momento del ensayo diario ayuda a la mujer a enfrentarse con los temores que aparecen al realizar la práctica, porque al hacerlo se pone en contacto con el futuro parto intensamente. Y porque al igual que un entrenador puede ayudar, acompañar y hacerse co-responsable del entrenamiento.
La experiencia muestra que a las mujeres les cuesta mucho prepararse solas, porque cuando intentan hacerlo las asaltan los temores al parto, imágenes difíciles, inseguridades y al no tener con quien compartirlas abandonan el intento. Es necesario ayudarlas. Entre dos es más fácil, la intención y voluntad conjunta pueden dar la posibilidad de hacerlo, aunque también pueden aparecer fuertes movilizaciones emocionales. Si el hombre se hace co-responsable la mujer hará su entrenamiento aunque aparezca algún temor.
Tenemos que tener presente que el parto no es algo “sólo de la mujer”, es un acto sagrado en el que nace un nuevo ser y en el que estamos implicados todos los que algo tenemos que ver con él y muy especialmente el padre de ese bebé. Los profesionales podemos unirnos a la pareja y poner nuestra mejor energía y será eso una maravillosa colaboración, pero el centro, en el capullo central estarán la mujer y el hombre haciendo el esfuerzo de parir ese hijo. Por eso es tan importante que el hombre colabore con su mujer y si el no puede hacerlo y ella no puede hacerlo que decida pedir a otra persona que la ayude.
COMO HACER LOS EJERCICIOS DE PREPARACIÓN PARA EL PARTO EN PAREJA
Para hacer los ejercicios respiratorios es importante ubicarse en un lugar que estén los dos muy cómodos. Recordar que la preparación no es sólo física, es también mental, emocional y espiritual.
1- Unirse corporalmente de algún modo, abrazarse, tomarse de las manos, o de la manera que les venga mejor en ese momento y una vez que se logra esto recordar que aproximadamente dentro de tantos días... se producirá el parto-nacimiento, hacer unos minutos de concentración mental y de unión energética entre los dos. Aflojar el cuerpo, serenar la mente y dejar que se irradie amor a través de los cuerpos, recuerden que además de esperar un hijo son un hombre y una mujer que se aman. Cuando se sientan preparados sigan así:
2- El hombre dirige a su mujer de la siguiente forma: imagina que está por comenzar una contracción, repasemos lo que aprendiste: concentrada en el presente.... con confianza... aflojando el cuerpo.... serenando la mente... buscando imágenes de abrir el camino para el bebé... tomando energía... entras en un estado de conciencia extraordinaria... nos imaginamos los dos en un capullo de energía que nos contiene, que nos da fuerzas y protege.
Imaginá que tu panza comienza a contraerse poco a poco y que seguramente vas ha sentir algunos tironeos en el cuello del útero... también puede que sientas que el bebé empuja... o algo parecido... tal vez sientas dolor, una emoción muy fuerte... tal vez mucho temor... tratá de concentrarte mentalmente y empezá a dirigir tu respiración... al principio es tranquila y profunda... recordá que tenés que dejar el pecho bien flojo para que pueda entrar el aire, cuando exhales imaginá que sale el dolor hacia afuera... cuando inspires conectate con la energía que hay en el aire y tomala para tener fuerzas... podés decir tomo energía al inspirar y relajo al exhalar... imaginá que nuestro bebé también está trabajando, démosle el mensaje que le estamos ayudando... ya van 15 segundos... ahora la contracción va ser más fuerte... concéntrate más y no te asustes, ayúdate con la respiración... intenta que el dolor salga con el aire... podés acelerar un poco el ritmo si te hace bien... cuando repires imaginá que la energía llega hasta el lugar del dolor para que se abra y alivie... imagina que el cuello del útero es una puerta que se abre... van 30 segundos... dentro de poco esta contracción termina... respiremos juntos... (hasta los 45 segundos), van 45 segundos... pasá a una respiración mas lenta, oxigenate bien que le llega al bebé... ya falta poco..(avisar cuando) van 60 segundos...ya pasa. Ahora dos respiraciones profundas y descansá. Descansan los dos.
3- Este ejercicio se puede hacer con la mujer en una posición en que el hombre pueda hacerle masajes sobre la zona del sacro. Practicarlo por lo menos una vez por día de este modo.
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Embarazo y parto,
Preparación para el parto
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